sábado, 13 de septiembre de 2014

Willy Meyer: "La cumbre de la OTAN en Cardiff, otro obstáculo para la paz".

Durante dos días, la localidad galesa de Cardiff fue anfitriona de la cumbre de la OTAN con la participación de 60 jefes de estado o gobierno para debatir y acordar nuevas acciones coordinadas en relación al conflicto armado de Ucrania y el movimiento sunita del llamado Estado Islámico en Iraq.
A diferencia de otras cumbres, en esta ocasión, la Federación Rusa no solo no fue invitada sino que se convirtió de nuevo en blanco de la Alianza desempolvando conceptos y posiciones de la Guerra Fría.
Desde la disolución del Pacto de Varsovia el 1 de Julio de 1991, disolución unilateral que perseguía la total autonomía e independencia de los Países del Este del llamado “Socialismo Real” pero también una apuesta por el desarme, la paz y seguridad compartida, la OTAN, lejos de iniciar el mismo camino de su autodisolución a favor de un sistema de seguridad compartida, de seguridad humana desde el respeto a la Carta de Naciones Unidas, del desarme, se ha convertido, en su teoría y práctica en uno de los obstáculos mas serios para alcanzar una paz duradera, un progresivo desarme, reducción de los ejércitos nacionales y un drástico recorte de los programas industriales e I+D de armamento.
El entonces presidente de la URSS Mijael Gorbachov recibió garantías de la Administración de EEUU que la OTAN no se desplegaría en los antiguos Países del Este, exmiembros del Pacto de Varsovia.
El 27 de mayo de 1997, siendo Javier Solana secretario general de la OTAN, se llegó a suscribir con la Federación Rusa un “Acta fundacional sobre las relaciones de cooperación y seguridad mutuas entre la OTAN y la Federación Rusa” donde se manifestaba que no se consideraban adversarios y se comprometían a construir juntos una paz duradera y abierta.
El propio presidente de EEUU, Clinton, llegó a manifestar estar dispuesto a crear un futuro en el que la seguridad europea no sea un juego de suma cero donde si gana la OTAN perdía Rusia y donde la fortaleza de Rusia era la debilidad de la OTAN.
Pero en la cumbre  celebrada en Madrid en 1997 se  propuso la entrada a Hungría, Polonia y República Checa a ingresar en la Alianza, cosa que hicieron en 1999 y en 2004 entraron las tres Repúblicas Bálticas (Lituania, Letonia y Estonia), Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, y Rumania.
En 2008 el Consejo de la OTAN invitó a Ucrania y Georgia a formar parte de la OTAN reiterando la petición en el 2010 en la cumbre de Lisboa. Lejos de cumplir los compromisos adquiridos, Estados Unidos y la OTAN consiguieron ampliar su zona de influencia bordeando la frontera con la Federación Rusa.
Es indudable que la organización del golpe de Estado violento en Ucrania con participación de organizaciones fascistas paramilitares tuvo el visto bueno y el aliento de las administraciones norteamericana y europea a sabiendas que precipitaría movimientos secesionistas dada la configuración histórica, étnica y cultural de Ucrania. Esa irresponsabilidad buscaba exclusivamente asegurarse una hegemonía en un área geoestratégica de primer orden que se cuestionaba ante la negativa del presidente electo ucraniano a suscribir el acuerdo de asociación con la UE.
En Cardiff la OTAN da otra vuelta de tuerca para aumentar la tensión con la Federación Rusa al aprobar el denominado “Readiness Action Plan” (Plan de Acción para la Preparación) que prevé una mayor presencia en los Países del Este con ejercicios militares, equipamiento logístico y la protección del espacio aéreo de los Países del Báltico.
Además reincide (ya se planteó en la cumbre de Lisboa), en la creación de una Fuerza de Acción Rápida (Spearhead Force) de hasta 5.000 efectivos para movilizarla en 48 horas ante amenazas en el Este o en cualquier parte del mundo.
Estos acuerdos, en el contexto del rol que juega la OTAN desde su intervención contraviniendo la Carta de Naciones Unidas en Yugoslavia (asumido en sus conceptos estratégicos en sus sucesivas cumbres desde 1999 en Washington hasta la de Lisboa en 2010), convierte a la OTAN en un factor de desestabilización permanente al poder intervenir sin el mandato expreso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Afganistán está hoy más talibanizada, Libia en descomposición violenta, Iraq en una guerra civil frente al autoproclamado Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIL) y Siria devastada. Todo estaba permitido para acabar con los regímenes de Sadam Husein, Gadaffi o Al Asad, incluso armar a la yihad, a Al Qaeda, dejadla actuar.
Y ahora, cuando en Siria e Iraq adquieren una fuerte dimensión, se trata de combatirlos porque suponen “una grave amenaza para el pueblo iraquí, el pueblo sirio, la región y nuestras naciones”, según reza “la declaración de Gales” suscrita por 28 lideres de la OTAN. Ese modus operandi de EEUU y la OTAN se ha convertido en uno de los principales obstáculos para una paz duradera, una seguridad compartida y humana y la consecución del desarme.
La industria de la guerra es la gran beneficiada por eso en Cardiff se ha vuelto a reiterar la necesidad de incrementar el gasto militar hasta un 2% de los PIB de los países miembros.

Todo parece indicar que la próxima Alta Representante de Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea , la italiana socialdemócrata Federica Mogherini no cuestionará , como no lo hicieron sus predecesores, ese papel desestabilizador de la OTAN, la necesidad de proponer su disolución a favor de otro sistema de seguridad compartida anclado firmemente en la Carta de Naciones Unidas donde Europa juegue un papel fundamental en el desarme y la distensión.
Fuente: publico.es

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