miércoles, 1 de febrero de 2012

Hoy Gaspar Llamazares en la comparecencia de la ministra de Sanidad, Igualdad y Servicios Sociales

Llamazares reprocha a Mato que convierta la reforma de la ley de interrupción del embarazo en un “tema legal y un monumento a la hipocresía”



Intervención íntegra del portavoz parlamentario de IU en la Comisión de Sanidad durante la primera comparecencia de la ministra en el Congreso  (1-2-2012)

En primer lugar, quiero agradecer la comparecencia a la señora ministra. No es únicamente una fórmula, quiero darle la bienvenida a esta Cámara y agradecerle su intervención, una intervención río, pero una intervención amable. Quizás porque he estado en otras comparecencias y estoy un poco cansado del péndulo melancólico, del péndulo bipartidista por el cual se destaca de esas intervenciones únicamente las modificaciones con respecto a lo hecho anteriormente o las enmiendas a todo lo pasado.
 
En mi opinión, esa intervención tiene un aspecto positivo, que es una intervención amable. Asimismo, es positiva porque no ha hecho una revisión de una serie de leyes. Me desmentirá usted, pero a mí me preocupaba que se pudiera hacer una revisión de leyes, como es el caso de la Ley de Violencia de Género, que fue una ley muy pactada en esta Cámara; que se pudiera hacer también una revisión de la Ley de Atención a la Dependencia, una ley consensuada pero que tiene fuertes tensiones por parte de seguros privados; que se pudiera hacer una revisión de la Ley de Salud Pública y del derecho universal a la salud, que está pendiente todavía y hay colectivos que no tienen ese derecho en nuestro país; y que se pudiera hacer una revisión de una ley que en esta Cámara fue objeto de debate –yo, sin embargo, creo que es una ley muy importante junto con la ley que tiene que ver con el código y las modificaciones del tráfico, una de las más importantes en relación con la esperanza de vida de este país en los últimos años- que es la Ley del Tabaco, que ha impedido que 600.000 personas tengan en este momento ese hábito, sobre todo en determinados colectivos especialmente sensibles.
 
En ese sentido valoro esta comparecencia. Lo que pasa es que he dicho que esta era una comparecencia río y los ríos a veces van calmos -recuerdo una novela, que era el ‘Caos Calmo’-, y es que si nos vieran los ciudadanos en esta Comisión, no entenderían nada. Porque se preguntarían: ¿y lo que está pasando en mi tierra, lo que está pasando en mi localidad, lo que está pasando en mi centro de salud o en mi hospital, qué tiene que ver con lo que están diciendo esos señores?
 
Yo quiero aportar en esta intervención la mirada de los ciudadanos, que es la mirada de cualquiera de nosotros, una mirada muy preocupada por el sistema sanitario. Es una mirada que, por una parte, valora de forma muy importante el sistema sanitario, considera que es una conquista que debe mantenerse, así como que tiene una calidad muy estimable, uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo en términos de resultados pero también en términos de eficiencia: gastamos poco para los resultados que tenemos. Pero en un plazo de meses los ciudadanos han pasado de considerar que este no era un tema que formara parte de sus preocupaciones a pensar que es un tema que forma parte de sus preocupaciones, y no por el funcionamiento del sistema, no por los profesionales, sino por los políticos, por las decisiones que estamos tomando con relación al sistema sanitario.
 
Creo que un sitio como este, una Cámara como esta, debería tratar ese tema, sobre todo porque yo no comparto que no haya competencias por parte del Estado; estoy totalmente en desacuerdo, hay competencias y no solo de coordinación. Usted vela por los principios generales del sistema sanitario, por su universalidad, por su accesibilidad y por su gratuidad; usted vela por eso, y no debe dejar de velar por ello. En ese sentido, no sólo tiene competencias materiales, sino competencias simbólicas, que a veces son tan importantes o más que las materiales, la competencia simbólica sobre el conjunto del sistema de salud.
 
Por tanto, los ciudadanos hoy están preocupados con razón, porque usted hacía una aseveración que yo quiero contrastarle, no quiero desmentirla pero sí contrastarla. Esa aseveración es: vamos a intentar hacer lo mismo o más con lo mismo, con la cantidad que tenemos. No, no, no, es que tenemos menos. Fíjese, con el recorte del año pasado y el anuncio de recorte para este año, la Sanidad ya invierte un 10 por ciento menos; con el recorte y no reposición de profesionales o su reposición en el 10 por ciento, también tenemos una situación más precaria. ¿Eso qué supone para los ciudadanos? Un aumento de las listas de espera, un deterioro de su atención. Esto los ciudadanos lo están percibiendo hoy y nos exigen que tengamos una posición en esa materia y que solucionemos ese problema.
 
No basta únicamente con decir que el Estado del bienestar tiene que ver con el empleo y que en el momento en que se recupere el mismo se recuperará el Estado del bienestar. Eso es una obviedad, aunque una obviedad relativa, porque este país en los mejores momentos de crecimiento gastamos mucho menos en el Estado del bienestar que en el resto de Europa. Es decir, somos tacaños desde el punto de vista social. Pero ahora que estamos en desempleo, ahora que además se prevé unos años muy duros como consecuencia de la crisis y como consecuencia de las políticas de ajuste, lo que se plantean los ciudadanos es qué medidas vamos a adoptar para mantener la calidad del sistema sanitario. Eso es lo que nos plantean los ciudadanos.
 
No basta únicamente con remitirse al Pacto de Estado. Mire, señoría, no le van a dar tiempo. Usted va a tener que dar esa respuesta inmediatamente. Ojalá tenga lugar ese Pacto de Estado, ojalá lleguemos a un acuerdo y ojalá mejoremos la calidad del sistema sanitario, pero algunas cosas tendrán que responderse ya. En primer lugar, el efecto de los recortes sobre el Sistema Sanitario Público, un efecto ya palpable. Por ejemplo, en el centro de salud mental donde trabaja mi mujer ya no están los mismos profesionales que estaban, ya no se sustituye a los que tienen cualquier problema de salud y hay un aumento exponencial de la lista de espera y cada vez una mayor protesta por parte de los ciudadanos, que además la hacen contra el centro de salud, claro, naturalmente, no contra los responsables políticos; plantean esa protesta porque consideran que se les está tratando mal.
 
Un segundo aspecto, señora ministra, que usted tiene que responder aquí, además desde su competencia política y simbólica, es si va a permitir los ‘repagos’ en las comunidades autónomas, si va a permitir usted tickets moderadores de la asistencia, si va a permitir usted la introducción de tasas adicionales en los fármacos, si va a permitir usted que se discrimine a los inmigrantes al margen de la ley. Eso está ocurriendo hoy en nuestro país y está creando inquietud en los ciudadanos. Como también crea inquietud visitar otra comunidad autónoma y que dicha comunidad quiera pasarte una factura. Eso tiene que solucionarlo usted y nadie más que usted.
 
Usted tiene una responsabilidad en esa materia para mantener la gratuidad del sistema, porque si no, lo que usted ha dicho, garante de la universalidad, gratuidad y accesibilidad del sistema sanitario, no tendrá concreción ninguna. Usted tiene que garantizar que, en este país, una comunidad autónoma no se puede saltar a la torera la Ley de Medicamento o no se puede saltar a la torera la Ley General de Sanidad o no se puede saltar a la torera también el catálogo de prestaciones. Y no puede adoptar este tipo de medidas porque no tiene competencia para ellos, sencillamente por eso, y usted tiene que decir aquí qué piensa hacer con Galicia, qué piensa hacer con Baleares, con Cataluña y qué piensa hacer con otras comunidades autónomas que están tomando esas decisiones, que las tienen previstas en los presupuestos de este año. ¿Qué va a hacer usted? ¿Va a permitir que se cuestione la accesibilidad, que se cuestione también el carácter gratuito del sistema sanitario o no? Yo creo que eso es lo que usted tiene que responder en el día de hoy a los ciudadanos, sobre todo porque la inquietud también la tenemos los profesionales.
 
Yo me he quedado helado con el dato de la esperanza de vida. No sé lo que opinarán ustedes, pero a mí me ha dejado helado. Durante los últimos años, cada cuatro años aumentaba un año nuestra esperanza de vida. Del año 2010 a 2011, por primera vez, desde que hubo en España aquella ola de calor que produjo una gran mortandad en adultos, tenemos un descenso de la esperanza de vida. ¿Saben ustedes quien ha tenido un descenso de la esperanza de vida en los últimos años? Grecia. Grecia y nosotros. Señorías, si no estamos inquietos por lo que nos está ocurriendo es que realmente no conectamos con los ciudadanos, y los ciudadanos van a verse como ovnis extraños que hablan de sus cosas en términos técnicos pero que realmente no hablan de ellos. Señora ministra, tendrá que dar usted respuesta a esas cuestiones.
 
Hay otra cuestión muy importante también que tiene que ver con la financiación. Yo había hablado con los diputados del Partido Popular que el gran problema de nuestro sistema sanitario era la financiación. Veo que ahora que estamos en el Gobierno pasamos de puntillas sobre la financiación, no vaya a ser que nos pidan más para el sistema sanitario. Pero en la situación actual, el sistema sanitario o tiene nuevas fuentes de financiación o lo tiene muy complicado -o lo tenemos muy complicado, mejor dicho- para mantener la calidad y la cobertura de nuestro sistema sanitario.
 
Señora ministra, ha anunciado dos medidas. Hoy estaba viendo en las redes sociales  qué medidas estaban destacando de su intervención. Ha habido tantas propuestas, planes -no muchas leyes, por suerte-, medidas y demás, que no saben muy bien qué destacar. Destacan el plan de la violencia y las exenciones fiscales a las familias. Pero yo creo que la ministra y el Gobierno tienen que responder, en mi opinión, a cuestiones como las que he comentado con anterioridad para que las medidas de futuro sean creíbles; cuestiones como los recortes, los ‘repagos’, incluso las privatizaciones.
 
Hay un debate abierto en nuestro país en el que también tiene algo que decir el Ministerio de Sanidad y es el debate de los modelos de gestión, porque ellos vienen de una ley, la 15/97, que permitió distintos modelos de gestión en nuestro país. Yo, por ejemplo, no estoy de acuerdo con el modelo de gestión que permite a una entidad con ánimo de lucro gestionar el sistema sanitario. Sé que irá en detrimento de la calidad o del trato a los trabajadores, a los sanitarios. Pero incluso teniendo esa polémica, me gustaría que el ministerio ejerciera su labor de alta inspección del Estado e hiciera algún tipo de evaluación sobre los modelos de gestión y que, por una vez, sepamos realmente a qué nos referimos con la eficiencia y eficacia de los modelos de gestión. Yo se lo pediría, señora ministra, ya que me parece también que está dentro de sus competencias.
 
Pero más que recortar, señora ministra, -que es la moda y, además, recortar la oferta, incluso aumentar el precio para limitar la demanda-, yo diría que lo que tenemos que hacer es reorientar el sistema -alguien lo ha dicho con anterioridad-; un sistema de agudos a un sistema de crónicos, que es lo que realmente tenemos en nuestro país y, por otra parte, tenemos que racionalizar el gasto. No he visto nada con respecto a nuevas medidas en materia de gasto farmacéutico, aunque es uno de los temas que ha tocado. No es verdad que gastemos el 23, señora ministra. Si usted incluye el gasto farmacéutico hospitalario estamos en casi un tercio del gasto sanitario; más del 30 por ciento del gasto sanitario es gasto farmacéutico. Y dirá, si al final hay que gastar eso se gasta. No, es que los estudios demuestran que gastamos demasiado en farmacia y en tecnología. Se calcula que en torno a un 30 por ciento de ese gasto es un gasto que podríamos ahorrarnos. Por lo tanto, señora ministra, le planteo que en determinadas materias ahorremos para mejorar la financiación de la atención primaria, de la salud pública, de la atención de calidad a los ciudadanos. Creo que ahí es donde están los retos fundamentales.
 
Quiero comentarle un tema muy concreto, que es el del Instituto Carlos III, que también me ha dejado descolocado, porque hemos estado en la legislatura anterior en el ‘raca raca’ frente al Gobierno del Partido Socialista diciendo que Carlos III debería depender del Ministerio de Sanidad y que no valía un sistema escabinado -antes era ciencia y sanidad y ahora es economía y sanidad-, y nos vienen ustedes con un sistema escabinado, con un sistema mixto de dependencia. Yo creo que no es útil, pero usted explicará cómo vamos a hacer eso y cómo vamos a cumplir la Ley de Salud Pública y la creación del Instituto de Salud Pública en nuestro país que nos permita que esa ley se pueda desarrollar.
 
Termino con dos o tres temas que me parecen importantes. En primer lugar, en relación con la Ley de Dependencia su reflexión me parece atinada, lo que pasa es que no se corresponde con la acción. Es decir, hacer una reflexión de que la Ley de Dependencia se ha escapado, por un lado, en la cofinanciación de Estado y comunidades autónomas y, por otro lado, se ha escapado en relación con las ayudas familiares de lo que debería ser un sistema de servicios públicos de calidad es una reflexión que me parece correcta, pero contradictoria con el hecho de que ustedes suspendan una parte de la aplicación de la Ley de Financiación de la propia Ley de Atención a la Dependencia para este año y me parece contradictorio con el hecho de los recursos escasos. ¿Sabe que eso que propone cuesta cuatro veces lo que cuesta la atención familiar? Es decir, la atención profesional en un centro de calidad, cuatro veces lo que cuesta la atención familiar. ¿Están ustedes en condiciones de financiar ese cambio de modelo o esa vuelta del modelo a sus orígenes, a un modelo de servicios de calidad y de creación de empleo? Si están en condiciones de hacerlo tienen todo nuestro apoyo, pero yo creo que tienen dificultades para ello.
 
Lo mismo les pasa con respecto a la vivienda joven. No se puede decir que apoyaremos la vivienda joven y retirar una medida como la que tiene que ver con el abaratamiento de la vivienda de los jóvenes emancipados. Siempre he creído, y lo ha creído mi grupo parlamentario, que al final lo que hacíamos era financiar al promotor, pero por lo menos pongan ustedes encima de la mesa alguna alternativa que suponga que los jóvenes puedan tener estos apoyos a la vivienda aparte de las políticas de empleo, de las que usted ha hablado en un evidente riesgo de convertirse en otra vicepresidenta del Gobierno. Pero, bueno, esta es una cuestión que tendrán que arreglar entre ustedes; no forma parte de las competencias de su ministerio.
 
Sí quería terminar preguntándole de manera muy concreta sobre el plan del SIDA. Hay una alarma generalizada con respecto al plan del SIDA. Tiene que ver con el modelo orgánico del Gobierno, es una competencia suya, pero  tiene que ver también con el destino de presupuestos a ese plan. No deberíamos dejar en el camino una medida tan importante. Por lo tanto, le pregunto, ¿con respecto al plan del SIDA, cómo van las cosas?
 
En relación a la Organización Nacional de Trasplantes, hemos estado de acuerdo y hemos apoyado al Gobierno en relación con recientes conflictos. Creemos que es uno de los instrumentos fundamentales en nuestro país para la política sanitaria de calidad, además copiado por parte de la Unión Europea, así que no será tan malo.
 
En relación con este tema de las prótesis, algo funciona mal -no diría algo huele mal- en la Unión Europea, no puede ser que nos hayan engañado de esta manera tan escandalosa; con tantos sistemas de alerta que tenemos esto es inaceptable y, por tanto, tendrá que haber un análisis de los sistemas de alerta, no vaya a ser que ya no sea que tengamos que hacer un seguimiento de las prótesis sino una enfermedad más grave que se pueda convertir en una pandemia; parece que no funcionamos bien y en ese sentido es necesaria la aplicación de la Ley de Salud Pública y la vigilancia en esta materia.
 
Termino, señora ministra, con respecto a la pobreza y a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. En cuanto al tema de la pobreza yo solamente le voy a preguntar una cosa, y es: estamos pasados de vueltas, teníamos que haber puesto en marcha el Plan, en 2010 no se hizo, yo le pregunto si está en marcha el Plan de lucha contra la pobreza o de inclusión y dentro de él, como se ha dicho por parte del Grupo de Convergència i Unió, una parte específica destinada a la pobreza infantil en un país donde hemos visto con alarma cómo han aumentado en un millón las personas en riesgo de pobreza a lo largo de este periodo de tres años de crisis económica; yo le pregunto en relación con esa materia.
 
Y en relación con la interrupción voluntaria del embarazo creo que se equivocan ustedes, independientemente de la posición moral que tenga cada cual, creo que se equivocan. Primero se equivocan al convertir este tema en un tema legal, es decir, cuando ustedes trasladan este tema a Justicia le quitan la parte más importante, que es intentar evitar los abortos a través de la política de prevención, de la salud sexual, de la planificación familiar; se equivocan al convertirlo en un tema penal y en un tema legal.
 
En segundo lugar, si ustedes modifican esta ley, la Ley de 1985, que vuelve atrás hacia 1985, será un monumento a la hipocresía porque la sociedad española está en otra clave, no se equivoquen, la sociedad española va a pasar entre los intersticios que deje cualquier ley porque las mujeres ya deciden, no necesitan que ustedes les digan que deciden, deciden por sí mismas. En ese sentido yo les llamaría a la reflexión en esta materia.
 
Finalizo con una referencia, en este caso cinematográfica, a la película ‘Amanece que no es poco’ de Cuerda. A mí me hacía mucha gracia una de las escenas, la escena de la plaza donde están con el alcalde, en que le dicen al alcalde: ‘Nosotros somos contingentes, tú eres -no sé si le dicen- permanente o necesario’. En los últimos tiempos parece que hay muchas cosas permanentes; la prisión permanente, la vigilancia permanente, y las demás parece, las políticas de derechos civiles y las políticas sociales, parecen ser contingentes. Yo espero que en esta Comisión y en este ministerio la política sanitaria, la política social no sea contingente, sea una política necesaria.







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