jueves, 6 de septiembre de 2012

Joan Coscubiela: POLÍTICAS DE EMERGENCIA Y DE PROXIMIDAD

Hoy he estado con los compañeros de ICV de Terrassa en el centro el Rebost, encargado de la distribución social de alimentos a las personas en situación de necesidad. Se trata de una de las muchas iniciativas locales puestas en marcha por ayuntamientos y entidades sociales para intentar resolver parcialmente la dramática situación de pobreza en la que muchas personas se han visto arrastradas por la crisis y la política salvaje de ajustes.

Hay que reconocer el esfuerzo realizado por muchos ayuntamientos y entidades sociales que están intentando tapar los agujeros, cada vez más grandes, que genera el paro, el recorte de prestaciones del gobierno español y el abandono de las políticas sociales del gobierno catalán, que agravan aún más para el ahogamiento al que se está llevando las entidades sociales. Cabe destacar estos esfuerzos porque una vez más los ayuntamientos son la última red de protección de las personas, porque incluso los ayuntamientos menos endeudados ya no pueden soportar más el peso de sustituir la función de otras administraciones. Y también, porque el Rebost también es política, de emergencia y proximidad.

En momentos como éste, hay que exigir cambios radicales en las políticas económicas que nos saquen de la crisis, pero mientras y simultáneamente hay que dar soluciones diarias a las personas que sufren pobreza extrema. El debate político y sus protagonistas pueden esperar meses, la gente no puede esperar ni un día en muchas ocasiones.

Cómo hacer estas tareas de emergencia sin caer en los placebos limpieza-conciencias de las Maratones por la Pobreza? Hay que dejar bien claro que estas políticas son prioritarias, que no pueden sustituir durante mucho tiempo las políticas de empleo ni las de servicios sociales y de atención a las personas. No se trata de hacer caridad, sino solidaridad. La solidaridad es entre iguales, ciudadanos, la caridad reproduce las relaciones de poder entre quien tiene y quien no tiene ni para comer.

Y la mejor manera de practicar la solidaridad son las políticas fiscales. La situación de Cataluña y España no es sólo responsabilidad de la crisis-que no es una maldición bíblica-. Es también la consecuencia de uno de los sistemas fiscales más débiles de la UE. Es una vergüenza, que exigiría un clamor social, la negativa del gobierno catalán a recuperar el impuesto de sucesiones y donaciones. Como es un escándalo que el gobierno español se niegue a aumentar la fiscalidad de las SICAVs que tributan por beneficios sólo al 1% y que afectan muy pocas familias.

¿Tiene algún sentido social que el gobierno catalán se niegue a la recuperación del impuesto de sucesiones que nos podría aportar unos cientos de millones de euros para políticas sociales, mientras en nuestras ciudades se dan situaciones como las que se pueden comprobar en terraza?

Los datos que me han facilitado los compañeros de ICV de Terrassa son escalofriantes y son sólo la punta del iceberg de la pobreza extrema.

En un año las actuaciones realizadas por el Banco de Alimentos se han doblado en Terrassa y han pasado de 2.800 a 5.100 al mes.

Una buena parte de los beneficiarios del Banco de Alimentos son personas y familias expulsadas o excluidas de la renta mínima de inserción, después de las actuaciones del gobierno catalán: en Terrassa unas 3.000 personas. Entre los beneficiarios de los bancos de alimentos se encuentran muchas personas desempleadas que han agotado las prestaciones: en Terrassa la cobertura del paro es sólo del 56%, situación que especialmente con jóvenes agravará con las del programa PREPARA (400 €) aprobada por el gobierno español.

Los recortes en el programa de ayudas al pago de los alquileres hecha por el gobierno catalán han provocado que de las 798 familias cubiertas por este programa en 2010, se haya pasado a atender sólo 575 en 2011, cuando las necesidades y familias afectadas han aumentado.

Esta es la dramática realidad en que viven muchas familias de nuestro país y la que se vive cada día desde la política de proximidad.

Lo tendrán presente Merkel y Rajoy cuando hoy se reúnen o continuarán obsesionados con la etología de los recortes y los ajustes fiscales?

Lo tendrá presente el Presidente Mas, cuando vuelva a decir que la desaparición del impuesto de sucesiones es obligada, porque era una promesa electoral y para evitar la desigualdad entre los catalanes y el resto de España?

Y la igualdad entre catalanes que pueden pagar impuesto de sucesiones y los que no pueden pagar ni la comida, no debería ser el primer objetivo nacional de Cataluña?

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