Ayer, cuando Obama lo reclamó desde Washington con toda claridad, estaba cantada la inmediatez del rescate. Cuanto más lo negaban los voceros del PP, más evidente era lo que iba a suceder hoy. Sabíamos que iban a volver a ejercitarse como maestros de la neolengua para evitar cualquier identificación entre el rescate español y el rescate griego, irlandés o portugués. Pero lo que no nos podíamos imaginar es que el Presidente del Gobierno se escondiera.
De Guindos ha comparecido ante la prensa con un cierto gesto de satisfacción (así me ha parecido a mí). Como si esperara un acuerdo bastante peor del logrado finalmente. “Apoyo financiero” (no rescate al Estado). “Sin contrapartidas fiscales ni macroeconómicas” (esto es, sin impacto para el conjunto de la ciudadanía). “Un crédito al FROB en condiciones muy favorables”. Entonces, si es tan favorable el acuerdo, ¿por qué el ministro de Economía abusa de la neolengua? Es más, ¿por qué da por cerrada la rueda de prensa de forma tan abrupta?
Si es un acuerdo tan positivo para nuestra economía, ¿por qué no ha dado la cara el Presidente del Gobierno? ¿Dónde está Rajoy? (No creo que haya dimitido ya, aunque hace unos días un editorial de El Mundo pedía su dimisión si aceptaba un rescate.) Para demostrar que no es un rescate y que España va bien, Rajoy ha decidido mantener su agenda y marcharse a Polonia a ver el fútbol. Como Nerón mientras ardía Roma. Confía en que los éxitos de la selección adormezcan el malestar ciudadano. Ay, el opio del pueblo, y de calidad, faltaría más.
Lo cierto es que la ciudadanía no termina de creerse que no haya contrapartidas. ¿Cómo va a prestarnos Angela Merkel 100.000 millones de euros, sin pedir más sacrificios?, se pregunta el personal. En el mejor de las casos, ya ha habido esas contrapartidas con carácter anticipado: reforma laboral, recortes en sanidad y educación, retraso de la edad de jubilación, probable subida del IVA en breve… El comunicado del Eurogrupo dice que “vigilarán muy de cerca” las reformas estructurales españolas. Más claro, agua.
Lo que sí que la gente quiere es exigirles contrapartidas a las entidades financieras rescatadas: queremos saber toda la verdad de la crisis financiera, queremos que los responsables del agujero de Bankia y de las cajas intervenidas paguen por sus acciones, caiga quien caiga, sin excusas. Queremos que, si es el dinero público el que salva los bancos, que se conviertan en bancos públicos para dinamizar la actividad económica y devolver el crédito a la sociedad, no para malvenderlos, una vez saneados, a una banca privada que mantiene cerrado el grifo del crédito. Pero de eso nada de nada. El PP ejerce de frontón frente a nuestras iniciativas en el Congreso.
Conclusión: España es el cuarto estado de la Eurozona que ha tenido que ser rescatado. Los PIGS han caído al completo. Y… a todo esto… ¿dónde está Mariano Rajoy?.
Fuente: El Blog de Chesús Yuste
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