
Alberto Garzón ha diseñado un plan para salvar a IU de la muerte política con que la amenaza Podemos: el candidato de la coalición ha convencido a la mayor parte de su formación de que no habrá supervivencia ni futuro sin integrarse, para las elecciones generales, en candidaturas de “unidad popular” con el resto de fuerzas de la izquierda, como las que han logrado éxito en las municipales en Madrid y Barcelona. Así lo planteó ayer ante la Presidencia Federal, máximo órgano ejecutivo, donde afirmó que la convergencia “es la tarea número uno de IU. No tenemos nada más prioritario o esencial”, sostuvo. “Nos jugamos mucho, pero no nosotros, no IU, sino la gente corriente y sencilla”, dice en el documento que presentó ante los 70 dirigentes de la Presidencia, titulado Hacia la unidad popular.
La estrategia de Garzón incluye una oferta a Podemos y al resto de fuerzas a la izquierda del PSOE para, con el modelo de Ahora Madrid y Barcelona en Comú, construir una candidatura para las generales “desde la cooperación, no desde la imposición”. Barcelona en Comú se registró bajo este nombre como una coalición de partidos, todos con su marca e identidad propias, mientras que Ahora Madrid es un partido instrumental y jurídicamente no está integrado por otros partidos. Garzón estaría conforme con ambas fórmulas.
“Hablamos de la posibilidad de ganar las elecciones generales”, arengó el candidato. El dirigente, de 29 años, se ofrece a ceder la cabeza de lista de esa eventual candidatura y plantea que las siglas de IU puedan desaparecer de la papeleta. “Yo podría no ser el candidato si la gente lo decide. No hay ningún miedo”, aseguró ayer, dispuesto a enfrentarse en primarias contra Pablo Iglesias si fuera necesario. A Iglesias le pidió “generosidad”: “Sé que Pablo, al que tengo un aprecio personal y le considero un político brillante, va a saber leer el momento político”. Con él y con otros líderes, como Xosé Manuel Berias (de Alternativa Galega de Esquerda) o Juan López de Uralde, de Equo, tratará de reunirse en las próximas semanas.
Garzón puso límites a su propuesta. El fundamental, que no se integrarán en una candidatura que lidere Podemos y cuya marca sea Podemos. “IU no va a desaparecer, no se va a diluir, mantendrá su autonomía”. De frustrarse esa candidatura conjunta, IU seguiría presentándose en solitario a las generales, o bien con otras fuerzas de izquierdas que no sean Podemos, como ha hecho el 24-M. Garzón confía en su propio liderazgo y carisma como líder político. Y considera que en solitario, en unas elecciones presidencialistas como serán las generales, él tiene opciones de al menos “salvar los muebles”, según fuentes de su entorno.
La coalición de izquierdas quiere tener definidas las alianzas con otras fuerzas antes de agosto. El plan de actuación política aprobado ayer establece que el proceso de confluencia estará coordinado por Adolfo Barrena, secretario de Organización, José Luis Centella, coordinador de Presidencia, y Alberto Garzón, como encargado de Proceso Constituyente. Culminará a finales de julio con la celebración de un Consejo Político que lo valide.

El coordinador general dejó, eso sí, un mensaje final ambiguo que podría interpretarse como un apoyo al referéndum que ha pedido Gaspar Llamazares, líder de Izquierda Abierta, para decidir el modelo de convergencia. El proceso, dijo Lara, tiene que seguir condiciones de "respeto, negociación y democracia", y en ese sentido abogó porque "las bases opinen, que son las que tienen la última palabra".
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