lunes, 5 de diciembre de 2011

"Una alternativa en defensa de los trabajadores es posible". Reflexiones de Santiago Jiménez Torres (Alcalde y coordinador de IU en Villaverde del Río) y Enrique Casas Rodríguez (Concejal de IU en Villaverde del Río )

Una alternativa en defensa de los trabajadores es posible
En las elecciones municipales del 22 de mayo de 2011 la candidatura de Izquierda Unida de Villaverde del Río consiguió la mayoría absoluta. Las condiciones de vida en esta población obrera situada en la provincia de Sevilla no difieren en lo fundamental de las del resto del Estado. Los altos índices de desempleo, la falta de vivienda, la insuficiencia de dotaciones públicas o las deficiencias de servicios municipales son comunes a las de otros tantos barrios y localidades. La clave de esta victoria no responde a circunstancias materiales particulares de esta localidad de la Vega del Guadalquivir. Por encima de cualquier otra cosa, la victoria de IU en Villaverde es una conquista política de los métodos y el programa del marxismo.

Siempre firmes, confiando en nuestra clase
En Villaverde del Río, los marxistas de IU hemos ganado en las urnas el gobierno del Ayuntamiento. Ahora es de una importancia decisiva garantizar que los logros electorales no nos desvíen del camino que nos ha permitido llegar hasta aquí. Nunca hemos considerado la alcaldía como un fin en sí mismo, sino como una posición que podíamos conquistar para fortalecer la lucha en defensa de los derechos de nuestra clase, de los trabajadores y la juventud. Un nuevo punto de apoyo para cada una de las luchas por mejoras parciales. Y, desde luego, un referente político en la batalla decisiva: transformar la sociedad en líneas socialistas.
No ha sido fácil llegar hasta aquí. De hecho, esta no ha sido la primera victoria de nuestra candidatura. En las dos anteriores convocatorias, las municipales de 2003 y 2007, también fuimos los más votados. Sin embargo, a pesar de que la izquierda contaba con una mayoría abrumadora —la suma de nuestros votos y los de los votantes socialistas rondaba el 80%—, el gobierno municipal quedó, en ambas ocasiones, en manos de una coalición del PP y el PSOE. La actitud de los dirigentes del Partido Socialista en nuestro pueblo, su pacto con la derecha, fue un golpe para el movimiento, que vio como sus expectativas para lograr un gobierno municipal de izquierdas eran pisoteadas.
En semejantes circunstancias, no perdimos la calma. Tampoco sentimos la tentación de reprochar a un sector de la clase obrera su lealtad a las siglas socialistas, más adelante profundizaremos en como hemos sabido diferenciar entre la dirección y la base social del PSOE. Por el contrario, nos volvimos a dirigir a los jóvenes y trabajadores para explicarles que cuando nuestras esperanzas son traicionadas es necesario aumentar nuestro grado de organización para seguir dando la batalla. Así, el 13 de junio de 2007, un par de semanas después de las elecciones de aquel año, desde IU convocamos una manifestación que congregó a cientos y cientos de personas bajo el lema “Pedimos muy poco, respeto a nuestros votos” que sostuvo bien alta la bandera de la izquierda. Especialmente significativa fue la participación de las trabajadoras de Frunexa, empresa agrícola, ya que el centenar de trabajadoras del turno de tarde aprobaron en asamblea acortar su jornada laboral para asistir a la manifestación.
Ha sido precisamente esta actitud, ofreciendo una alternativa de organización y de lucha, especialmente en los momentos más difíciles, una de las claves para conquistar la alcaldía. Las presiones que hemos sufrido para que abandonáramos nuestra línea política no han sido pocas. En los meses previos a esta última cita electoral municipal, tuvimos que escuchar a analistas y prohombres locales, incluso dentro de nuestras propias filas, que la mayoría absoluta de IU en Villaverde era misión imposible. Dichas opiniones y consejos de viejos militantes, coincidían siempre en lo mismo: si queremos ganar más votos hay que acercarse a los pequeños propietarios, a los negocios y, ¿por qué no?, a los empresarios progresistas. Nos aconsejaban aparcar nuestro discurso por ser, según ellos, anticuado, obrerista y revolucionario. Nos decían también que nada de luchas, ni, muchos menos, proponer expropiaciones para garantizar el derecho a la vivienda, ya que todo eso asustaría a los grandes poderes económicos del pueblo, capaces de inclinar la balanza a nuestro favor si éramos más realistas, menos utópicos. Precisamente, esta vergonzosa renuncia a un programa de clase a cambio del posible apoyo de los sectores más conservadores, era y es la política que hacen los dirigentes reformistas del PSOE en Villaverde y el resto del Estado. Con “amigos de la izquierda” como éstos, no necesitamos enemigos.
Nosotros, preferimos concentrarnos en las opiniones, más sinceras y fiables, que nos llegaban de los tajos, las fábricas y los círculos obreros, donde las muestras de apoyo a nuestras posiciones eran prácticamente unánimes.
No aceptamos la lógica capitalista
Así pues, firmemente anclados en nuestras ideas, contando para ello con la inspiración que nos proporciona nuestra intervención en el movimiento obrero, convertimos nuestro programa electoral anticapitalista en nuestra bandera de lucha. Y, lo que es más importante, lo utilizamos como una herramienta de agitación y debate, distribuyéndolo por miles en los barrios y empresas, presentándolo en numerosos mítines por los que pasaron cientos de trabajadores, parados y jóvenes de la localidad.
En la introducción de nuestro programa se lee: “El factor fundamental que hay que tener en cuenta a la hora de afrontar las próximas elecciones municipales es la persistencia de la crisis económica y sus terribles repercusiones entre la juventud y las familias trabajadoras… gobierno, empresarios y banqueros, con la inestimable colaboración del PP, han apostado por hacer pagar la crisis a los que menos tienen para salvar los beneficios de un puñado de especuladores y grandes empresarios… Nosotros no aceptamos ni acatamos esta política. No nos resignamos al argumento falso e interesado de que son necesarios más sacrificios para salir de la crisis, cuando las grandes multinacionales despiden a miles de trabajadores a pesar de tener grandes beneficios o se inyectan miles de millones de euros para sanear con dinero público bancos y cajas de ahorro. En un Ayuntamiento gobernado por IU, lo que encontrarán estos agentes del capital no es colaboración, sino una lucha sin tregua contra los recortes y en defensa de unas condiciones de vida dignas para la población. Representamos las legítimas aspiraciones de los vecinos a disfrutar de unos servicios públicos y de calidad. Al derecho al trabajo y a que se repartan los contratos de empleo público de manera transparente y democrática entre los parados. A que la vivienda no sea un negocio, sino un derecho…”.
En el programa también explicamos que “nuestro método de trabajo para garantizar la participación del pueblo en la toma de decisiones del Ayuntamiento será a través de la convocatoria de asambleas públicas. Las asambleas son órganos de democracia directa… donde los vecinos de una barriada, los trabajadores de una fábrica, los parados, los miembros de una asociación o los demandantes de vivienda se organizan e intervienen ante los representantes del Ayuntamiento en los temas que les afectan, discuten las soluciones y votan de manera responsable y con carácter vinculante. Es decir, los acuerdos serán asumidos por el gobierno de IU y elevados al Pleno”. Tenemos que decir como, una vez más, comprobamos que estas propuestas lejos de asustar a los trabajadores, cuentan con una amplia aprobación.
No bastan los discursos, hacen falta hechos
Las ideas y el programa son indispensables, insustituibles. Partiendo de ello, tenemos presente la afirmación de Lenin, ese gran revolucionario comunista: la práctica sin teoría es ciega, la teoría sin práctica impotente. Así, el éxito en las urnas no es otra cosa que el reflejo de nuestra constante intervención en la lucha de clases a lo largo de años, intervención que daba credibilidad a cada una de las propuestas contenidas en el programa.
En estos años hemos encabezado la lucha contra la privatización del agua, ayudado a organizar la movilización por la dignificación del cementerio y sus accesos, denunciado los vertidos sin depurar, reclamado el arreglo de las calles... Con la llegada del famoso Plan E1 a nuestro pueblo, hemos exigido que todo el dinero que traía consigo fuera controlado directamente por el Ayuntamiento, que no se entregase un euro a las empresas privadas y que se desarrollara un plan de empleo municipal que reforzara los servicios sociales. Creamos también una asociación de la vivienda, que organizó a cientos de jóvenes que reivindicaron vivienda municipal barata y digna para las familias obreras. Convocamos y lideramos la asamblea de parados del pueblo, que en sus múltiples reuniones, manifestaciones y acciones reivindicativas, ocupó el ayuntamiento, exigió no sólo la creación de empleo, sino transparencia y control democrático en la adjudicación de cualquier puesto dependiente del municipio.
Y, lo más decisivo e importante, nuestra presencia en cada lucha obrera fue constante, respondiendo a cada ataque de la patronal. Las trabajadoras de Frunexa, a las que anteriormente hacíamos referencia, nos conocen en la práctica, en el difícil terreno de las huelgas y la batalla sindical. También nos conocen los trabajadores de Viveros Orero, y, muy especialmente los jornaleros, los trabajadores del campo, con los que hemos compartido asambleas, huelgas, piquetes y manifestaciones en todas las ocasiones: la huelga de la naranja en Palma del Río en octubre de 2009, la huelga general indefinida en el campo sevillano en junio de 2008, la movilización y marcha en verano de 2009 de los jornaleros sevillanos por un plan de empleo rural contra el desempleo, la huelga indefinida en octubre de 2010…
Fuera del movimiento obrero no hay nada
Cuando nos presentamos en el terreno electoral, somos algo más que aspirantes a la alcaldía. Somos sindicalistas combativos, aquellos con quienes siempre se puede contar, luchadores capaces de llegar hasta el final gracias a su firmeza revolucionaria. Los más consecuentes también, puesto que dentro de nuestro sindicato, CCOO, no dudamos en criticar aquellas políticas y decisiones de la dirección que desmovilizan a la clase y suponen concesiones a la patronal. Más adelante abundaremos en ello. La sede de IU en el pueblo, que es también la del PCE y la de CCOO, es un hervidero constante de trabajadores en busca de orientación. También en campaña electoral, cuando decidimos trasladar toda una serie de actividades fuera de la sede para que en ella obtuvieran el carné de manipulador de alimentos varias trabajadoras que lo necesitaban de forma urgente para acceder a un puesto de trabajo.
Con estos métodos a la hora de defender nuestras ideas, uno de los ataques más calumniosos y más peligrosos contra nuestra candidatura pudo ser desactivado o, cuanto menos, minimizado. En el momento álgido de la campaña del pasado 22 de mayo, se extendió el rumor de que si los “rojos” de IU ganábamos la alcaldía, decenas sino cientos de trabajadores y trabajadoras, perderían su puesto de trabajo. Nuestros adversarios políticos argumentaban, por un lado, que habría un proceso de desinversión por parte de los empresarios, asustados como estaban por propuestas como las expropiaciones. Y, por otro, que despediríamos a buena parte de los trabajadores municipales contratados por el anterior gobierno para poner a nuestros amigos y familiares. Los promotores de semejantes insidias encontraron muchas dificultades. Respondimos a estas acusaciones en los mítines, como los empleados en los programas creados al calor de la Ley de Dependencia que, aunque formalmente los impulsaba el ayuntamiento, eran gestionados por una empresa privada. El mayor obstáculo para esta campaña de difamaciones alimentada por estas empresas, y jaleada desde la alcaldía del PSOE y el PP, fue, sin lugar a dudas, que nuestra práctica cotidiana de años nos sitúa firmemente en la barricada de los trabajadores, de todos ellos, a los que nunca preguntamos por su filiación sindical o preferencias electorales para ponernos manos a la obra.
Ser reconocidos como activistas políticos que hacen lo que dicen, tiene mucho valor en los tiempos que corren. Tiempos, en los que, inevitablemente, el escepticismo político hace mella entre un sector de la clase gracias al abandono que sufren por parte de sus dirigentes. Las concesiones permanentes de los máximos representantes del PSOE a la banca y los empresarios, la insoportable política de paz social defendida por las cúpulas de CCOO y UGT, hacen hoy más necesario que nunca que aquellos que nos presentamos como militantes de la izquierda, que nos llamamos revolucionarios, llevemos a la práctica, a la prueba de los hechos, aquello que decimos reivindicar.
Lo tenemos muy claro. Si nuestra inserción en el movimiento obrero, nuestra presencia constante en la lucha de clases, es la fuente de nuestra fortaleza y representatividad, una vez dentro del Ayuntamiento este factor se vuelve aún más determinante. Nuestro programa y métodos políticos, sólo serán viables si seguimos siendo capaces de contar con el apoyo y la participación activa de los trabajadores y jóvenes del pueblo.
Empezando por nuestra propia casa
Este análisis sería totalmente incompleto si no destacáramos el extraordinario papel jugado por la asamblea de afiliados de IU en Villaverde. Su conciencia política y entrega son la base sobre la que ha sido y será posible toda esta actividad. Nuestras herramientas son los panfletos, los carteles, nuestro periódico, La Voz del Pueblo, nuestra sede. Sin embargo, todos estos medios materiales no serían nada sin el motor fundamental: las ideas políticas que defendemos y que entusiasman a los militantes de IU, responsables en última instancia de la distribución de la propaganda, de convocar los mítines, las reuniones y manifestaciones, y de fundir nuestro programa con la clase obrera de nuestro pueblo mejorándolo con sus aportaciones y con la experiencia que vivimos en la lucha de clases cotidiana. Somos las mujeres y hombres, que integramos la asamblea local los que damos cuerpo y vida a las ideas y la organización, día a día, mes a mes, año tras año.
La democracia obrera y asamblearia que reivindicamos para la gestión municipal, empiezan por el funcionamiento interno de nuestra propia organización. Las posiciones políticas de nuestros concejales en el Ayuntamiento, las decisiones y el reparto de tareas, se realizan en las reuniones de la dirección política y las asambleas, con una media de dos reuniones al mes. Nuestra candidatura electoral, muy rejuvenecida con la entrada de nuevos compañeros, está formada por trabajadores, como es el caso de un compañero delegado de CCOO de la fábrica Sovena y, encabezada, por los compañeros y compañeras —hay diez mujeres sobre un total de dieciséis— comprometidos firmemente con la causa de nuestra clase.
A la vez, nunca olvidamos que la independencia económica, básica para contar con auténtica independencia política, es también un eje central de nuestra actividad militante. Las organizaciones de la clase obrera tienen que estar financiadas por sus afiliados y el conjunto del movimiento. Intentamos, por ello, recuperar muchas de las mejores tradiciones del movimiento obrero, como las colectas que realizamos sistemáticamente en las acciones y movilizaciones que organizamos. Ese es el camino: nos basamos en las fuerzas del movimiento, en su capacidad de comprensión y crítica, y no dependemos más que de este apoyo.
La energía necesaria para sostener este grado de actividad y compromiso político proviene del convencimiento de que somos útiles. Frente a los reformistas y todos aquellos que explican a la clase obrera que es posible un capitalismo de rostro humano, que la tarea de las organizaciones obreras es racionalizar la economía de mercado, nosotros ofrecemos una alternativa revolucionaria. Comprendemos que nuestro combate diario por conseguir cada pequeña mejora en las condiciones de vida de nuestra clase, ya sea reivindicando el asfaltado del acceso al cementerio o una subida salarial, si bien es imprescindible, no es un fin en si mismo. Nuestro objetivo central es ayudar a forjar los dirigentes, la conciencia y el programa necesarios para transformar la sociedad. Nuestra perseverancia se alimenta de un debate político constante, basado en las ideas del socialismo científico de Marx y Engels, de Lenin, de Rosa Luxemburgo, de León Trotsky y otros grandes revolucionarios que nos precedieron.
Fortaleciendo las ideas marxistas dentro de IU
De ahí surge nuestra resistencia a las presiones de la ideología burguesa dominante, transmitidas no sólo por los grandes medios de comunicación, sino también por amplios sectores de la dirección del movimiento obrero.
Nuestra asamblea local es conocida dentro de IU en Sevilla y Andalucía por sus posiciones políticas marxistas y revolucionarias y, en más de una ocasión, por situarnos a la izquierda de la dirección. Los ejemplos no son pocos: respecto a la cuestión de la tierra, aspecto central de la lucha de clases en Andalucía y Sevilla por que los jornaleros viven en condiciones de explotación que les acercan a las del siglo XIX, defendemos que IU reivindique con claridad la expropiación de los grandes latifundios para ponerlos bajo el control de los trabajadores agrícolas. Exactamente igual nos manifestamos ante la actual crisis económica que ha generado la dictadura de la banca y los mercados financieros: defendemos la nacionalización de la banca bajo control democrático de los trabajadores y sus organizaciones para utilizar los recursos económicos que existen en beneficio de la mayoría de la población, para combatir el paro y sostener unos servicios públicos de calidad y para todos, empezando por la sanidad y la educación.
En lo referente al ámbito sindical, nuestras posiciones son claras: defendemos un sindicalismo de clase, combativo y democrático, dentro de nuestras organizaciones y en la lucha cotidiana. Durante la etapa de gobierno del PSOE, la dirección de IU correctamente se opuso a los recortes que apoyaron la patronal y el PP. Pero el rechazo mostrado a la reforma de las pensiones, se vio lastrado por la participación de las cúpulas de CCOO y UGT en el acuerdo. Las declaraciones de Cayo Lara olvidaban explicar la complicidad de Toxo y Méndez con estos recortes y su firma de la contrarreforma de las pensiones. De esta forma, se limitaba considerablemente el papel que podían y deben jugar tanto IU como el PCE, sobre todo si el propósito es conectar con miles de trabajadores y de delegados sindicales, que no se sentían representados por estos acuerdos y que reclaman tanto un plan de lucha como mayor democracia en el seno de sus sindicatos. La labor de IU no es sólo denunciar las injusticias, sino orientar sus esfuerzos a organizar y aumentar el nivel de conciencia del mayor número de afiliados y delegados sindicales defendiendo dentro de los sindicatos de clase, especialmente CCOO, un sindicalismo de clase, democrático, combativo y revolucionario.
Así mismo, hemos mostrado nuestro desacuerdo con una política de pactos que en más de un ocasión ha llevado a que representantes de IU participaran en gobiernos locales y autonómicos con partidos de la burguesía. Ya fuera de la burguesía españolista y centralista del PP, como ha ocurrido en varias localidades sevillanas tan importantes como La Algaba o Camas, o de la burguesía vasca como fue el caso Ezker Batua en Euskadi con el PNV. Respecto a la situación creada en Extremadura tras las últimas elecciones autonómicas, coincidimos con el compañero Cayo Lara en que IU tampoco debe posibilitar la toma de posesión del PP, y esto de ninguna manera nos implica con las medidas que pueda adoptar el PSOE. Podemos evitar los gobiernos de la derecha y llevar a cabo una enérgica oposición de izquierda ganando a nuestras posiciones a una parte considerable de la base social del Partido Socialista. Tampoco aprobamos los pactos con el PSOE a cualquier precio, tal y como ha ocurrido en otros tantos municipios por parte de sectores de IU. Desde nuestra asamblea local defendemos una política basada en la independencia de clase, a la vez que nos comprometemos a evitar, en lo que de nosotros dependa, la formación de gobiernos de la derecha.
Coincidimos con el compañero Cayo Lara en que IU no debe posibilitar la toma de posesión del PP, y esto de ninguna manera nos implica con las medidas que pueda adoptar el PSOE. Podemos evitar los gobiernos de la derecha y llevar a cabo una enérgica oposición de izquierda ganando a nuestras posiciones a una parte considerable de la base social del Partido Socialista
Convenciendo a la base socialista de que IU es el voto útil
Si en algún ayuntamiento o comunidad el voto de IU es decisivo para la formación de un gobierno que represente al electorado de izquierdas, nuestra tarea es poner un programa concreto —con medidas en beneficio de la clase obrera y contra cualquier concesión al gran capital— sobre la mesa de los representantes del Partido Socialista. Entonces, serán ellos, los ZP o Rubalcaba, quienes, aceptando o rechazando una propuesta de clase y de izquierdas, asuman la responsabilidad ante el conjunto de la clase obrera.
Incluso en Villaverde del Río, donde los dirigentes del PSOE se echaron en brazos del PP para conseguir el sillón municipal, hemos sabido comprender que la base socialista, mayoritariamente trabajadora y de izquierdas, no es responsable de la política oportunista de sus dirigentes. A pesar de la arrogancia y el desprecio con que nos han tratado los representantes del PSOE, siempre hemos mantenido un mensaje fraternal hacia los votantes socialistas, reivindicando la unidad de la izquierda para llevar a la práctica un programa de clase. Estábamos convencidos de que este método, carente de cualquier sectarismo, nos permitiría ganar el voto del sector más consecuente y proletario del electorado socialista. Así fue.
El PSOE de Villaverde, o mejor dicho, la política pro capitalista, clientelar y de coalición con la derecha de su dirección, recibió en las pasadas municipales un varapalo mayúsculo. Al igual que en el resto del Estado en las generales del 20N, los candidatos socialistas obtuvieron los peores resultados de su historia en las municipales del 22 de mayo. La cuestión es que, en nuestro pueblo, hemos logrado recoger una parte decisiva de ese voto que podría haberse perdido en la abstención. Un análisis basado en el carácter de clase de los distritos electorales nos ofrece pruebas concluyentes, tanto sobre la interrelación del trasvase de voto PSOE-IU, como del carácter obrero del voto a IU.
Un triunfo histórico
El 22 de mayo la candidatura de IU obtuvo un triunfo histórico: el 47,8% de los votos. Los datos hablan por sí solos. Sobre un censo de 5.400 votantes y una participación del 80%, IU obtuvo la primera mayoría absoluta en la historia de Villaverde, con 2.230 votos. Ninguna otra fuerza política ha tenido jamás un apoyo semejante. Hemos subido en las nueve mesas electorales, ganando en siete de ellas. Villaverde es una de las nueve mayorías absolutas de IU en una provincia con 105 municipios. También es importante destacar que es la única alcaldía de Izquierda Unida que ha quedado en la comarca de la Vega del Guadalquivir, una zona jornalera con grandes tradiciones de izquierdas y comunistas. En política hay pocas casualidades. Son precisamente Villaverde del Río y Marinaleda, dos referentes políticos que no esconden su apuesta obrera y anticapitalista, las localidades donde se encuentran las únicas asambleas de IU que han ganado las tres últimas elecciones municipales de forma consecutiva en la provincia de Sevilla.
En las elecciones municipales subimos en todas las mesas electorales; pero, han sido las zonas obreras y el cambio de signo en las tres mesas que habitualmente son graneros de votos del PSOE —donde los candidatos socialistas se han dejado casi la mitad de sus votos— en las que IU se ha impuesto como primera fuerza provocando el salto necesario para la mayoría absoluta. El dato definitivo sobre la base social que nos ha catapultado a la alcaldía procede de las dos barriadas obreras, el “Cerro” y el “Barrio”, que aglutinan a más de la tercera parte de la población. Si el reparto de concejales se hiciera sobre los resultados de las cuatro mesas electorales de estas barriadas, IU tendría nueve concejales, PSOE, tres y PP, uno.
En estos comicios el PP creció en 357 votos. ¿Podría ser que una parte significativa del voto obrero socialista haya girado a la derecha? No lo creemos. Este crecimiento electoral se basa en los elementos más conservadores de la pequeña burguesía que, decepcionados por el PSOE, han apostado por la derecha. De hecho, el PP saca en nuestro pueblo casi 16 puntos menos que en el conjunto de Andalucía y 14 respecto a la media estatal. Los trabajadores de forma abrumadora e, incluso, algunos sectores de las capas medias y los pequeños comerciantes, víctimas también de la crisis, han mantenido su voto en la izquierda. Ello ha sido posible porque existía una alternativa de gobierno municipal viable a la izquierda del PSOE.
El 22 de mayo la candidatura de IU obtuvo un triunfo histórico: el 47,8% de los votos. Los datos hablan por sí solos. Sobre un censo de 5.400 votantes y una participación del 80%, IU obtuvo la primera mayoría absoluta en la historia de Villaverde, con 2.230 votos
Nuevas oportunidades para una IU con un programa marxista
El pasado 22 de mayo, los trabajadores, los parados, la juventud de Villaverde del Río, hicieron su elección. Decidieron dar una oportunidad a una candidatura que, tanto en su discurso como en su práctica, defiende un programa marxista y revolucionario. IU consiguió la mayoría absoluta con 7 concejales, el PP y el PSOE obtuvieron 3 cada uno.
Estamos convencidos de que estos resultados son, a pequeña escala, una confirmación más de cómo una alternativa genuinamente de clase puede agrupar a sectores decisivos del movimiento obrero. De que la decepción provocada por la política de colaboración y servidumbre al gran capital de la cúpula del PSOE, es, tras el desaliento inicial, una experiencia que nos puede permite arrebatar a cientos de miles de jóvenes y trabajadores de izquierdas de la influencia del reformismo y ganarlos para las ideas de la transformación socialista de la sociedad. No decimos que sea fácil, ni que tampoco sea un proceso automático. No especulamos con que IU obtenga la mayoría en el Congreso de los diputados. No. Aportamos la experiencia en nuestro pueblo, para insistir en que es viable la construcción de una alternativa revolucionaria con un apoyo de masas en el Estado español, proceso que IU puede liderar.
Los resultados de las pasadas elecciones generales del 20 de noviembre2#, son, a la vez, un reto y una oportunidad para IU. La pérdida de más de 4.300.000 votos por el PSOE, demuestra que amplios sectores de la clase trabajadora han abandonado a los dirigentes del Partido Socialista, cansados ya de promesas incumplidas e ilusiones traicionadas. El PP, por su parte, no podrá evitar, a pesar de su mayoría absoluta, los efectos sociales del plan de ajuste salvaje que tiene que aplicar de forma urgente siguiendo los dictados de la CEOE y la banca. La clase obrera se volverá a levantar en defensa de sus derechos
La única duda que podemos albergar sobre una perspectiva a la griega para la lucha de clases en el Estado español, es la fecha exacta en que se producirá, ya que todas las condiciones materiales están servidas.
Grandes oportunidades se abren para IU pero, para materializarlas es necesario, en primer lugar, que nuestra organización abrace un programa a favor del socialismo. Que defienda sin complejos y con convicción que para acabar con los problemas que aquejan a la sociedad es necesario acabar con el poder de lo que la opinión pública burguesa llama mercados, que no es otra cosa que la dictadura del gran capital. Y que ello, sólo será posible con la expropiación de los grandes monopolios y la gran banca para ponerlos al servicio y bajo el control democrático de la clase obrera y la juventud.
Necesitamos situar nuestras posiciones en las instituciones en el lugar que verdaderamente le corresponden. Es imprescindible que el eje fundamental de nuestra actividad y esfuerzos esté en los barrios y los pueblos, en los sindicatos; organizando el combate en defensa de una sanidad y una educación públicas de calidad, liderando la oposición a los EREs y los despidos en las empresas, explicando paciente y fraternalmente dentro del movimiento 15-M la necesidad de la organización y de un programa genuinamente socialista para acabar con la podredumbre económica y política del capitalismo. Tenemos que convertir nuestra presencia en ayuntamientos, diputaciones y parlamentos, en una herramienta más al servicio de la lucha obrera.
En Villaverde del Río también nos enfrentamos a un gran reto: tenemos que superar la prueba de la práctica en el terreno de las instituciones. Como siempre que afrontamos una tarea, nos preparamos primero en el terreno de la teoría. Para establecer el papel que debemos jugar los marxistas al frente del municipio, hemos empezado por formularnos la siguiente pregunta: ¿cuál es el papel y la naturaleza de clase de las instituciones bajo el capitalismo?
No nos resignamos al argumento falso de que son necesarios más sacrificios para salir de la crisis, cuando las grandes multinacionales despiden a miles de trabajadores a pesar de tener importantes beneficios o se inyectan miles de millones de euros para sanear con dinero público bancos y cajas de ahorro
(Programa electoral de IU Villaverde)
Los marxistas ante las instituciones de la democracia burguesa
Desde bien temprano, a través del sistema educativo y los grandes medios de comunicación, arraigan en nosotros la idea de que un Estado democrático es un ente independiente que, a través de instituciones como los ayuntamientos y los parlamentos, organiza la vida de la sociedad, mediando de forma neutral entre los diferentes sectores políticos y económicos que conformamos la sociedad. Razonamiento, por cierto, que cuenta con el beneplácito de la socialdemocracia y los reformistas en general.
Sin embargo, desde la perspectiva de la teoría marxista del Estado, dicha independencia y neutralidad no es más que una máscara para ocultar ante la mayoría de la población quién ostenta realmente el poder bajo el capitalismo. Lenin, parafraseando a Marx, consideraba los diferentes parlamentos burgueses de su época como consejos políticos que administran los intereses de los monopolios y la gran banca. A pesar de la dureza de dicha afirmación, la virulencia de la crisis económica que estamos atravesando está poniendo al desnudo esta verdad para millones de personas en todo el mundo. Es el resultado del espectáculo que proporcionan todos los gobiernos del mundo, ya sean de derechas o socialdemócratas que, siguiendo los dictados del FMI y el Banco Mundial, aplican las mismas “recetas” contra la crisis: reducción salarial, aumento de la jornada laboral, flexibilización del despido, aumento de la edad de jubilación, privatización de servicios sociales como la sanidad y la educación públicas…, mientras trasvasan a espuertas el dinero público a los bolsillos de empresarios y banqueros. No es casual que una de las reivindicaciones más coreadas de la explosión social conocida como movimiento de los indignados, que se ha extendido a numerosos e importantes países capitalistas desarrollados que cuentan con sistemas parlamentarios consolidados, haya sido la consigna “lo llaman democracia y no lo es”. Somos muchos, cada vez más, los que no nos conformamos con los estrechos límites de un sistema político diseñado para garantizar, a través de los parlamentos, los privilegios de una minoría a costa del sufrimiento de la aplastante mayoría.
Si bien los ayuntamientos, tanto por su dimensión geográfica más reducida, como por la parcela de gestión económica que tienen asignada, aparecen como una administración más cercana y, en principio, más accesibles a los trabajadores que los parlamentos, lo cierto es que también forman parte de un gran engranaje destinado a garantizar que prevalezcan los intereses de los grandes poderes económicos. Es precisamente a la administración municipal a la que se dirigen trabajadores en paro y familias en situación de pobreza desesperada, en espera de soluciones. ¿Qué respuesta encuentran? En esencia, la misma que de las administraciones autonómica y central: escasez presupuestaria, alto endeudamiento y, por tanto, necesidad de austeridad y recortes sociales. La lógica capitalista, especialmente en un momento de profunda crisis económica como el que atravesamos, exige también a los ayuntamientos la gestión de la miseria, convirtiendo a las administraciones municipales en parachoques, situados en primera línea de fuego, para absorber el impacto de las demandas de las familias obreras.
Los compañeros que estamos al frente del Ayuntamiento en Villaverde del Río comprendemos esta realidad. Somos conscientes también de que con este nuevo paso iniciamos un trabajo dentro de una maquinaria que tiene su propia inercia, tendente a asimilar a todo aquel que participa
en ella. Sabemos que nos enfrentamos a una dinámica llena de múltiples tareas administrativas, formalismos burocráticos y recovecos legales, que pueden distraer nuestra atención de los objetivos centrales.
Junto a estas múltiples presiones cotidianas, también es algo habitual la existencia de incentivos o propuestas generosas, destinadas a hacernos comprender y respetar los límites de la democracia burguesa y de la lógica capitalista. En este sentido, una de las primeras medidas que hemos puesto en práctica ha sido un viejo principio de la izquierda revolucionaria: diputado obrero, salario obrero. El alcalde y los concejales de IU liberados para las tareas municipales, percibimos un salario neto mensual en torno a 1.400 euros que nos permite vivir dignamente con unas condiciones materiales propias de la clase a la que representamos en el ayuntamiento. Armados con este bagaje, tomamos posesión del gobierno municipal.
Manos a la obra: poniendo en práctica nuestro programa
Ganar la alcaldía no ha cambiado el eje central de la actividad y el trabajo político que venimos desarrollando desde hace una década. En este sentido, igual que durante los ocho años en la oposición, seguimos participando decididamente en todas las luchas del municipio, ya sea en defensa de los servicios sociales, por la mejora de las infraestructuras, impulsando un gran movimiento en defensa de la vivienda u organizando a los parados.
Los compañeros que asumimos la máxima responsabilidad dentro del ayuntamiento no hemos abandonado ninguna de nuestras tareas militantes. Comenzando por Santiago Jiménez, veterano militante del PCE e IU y destacado colaborador de la Corriente Marxista El Militante, sobre quien recae la alcaldía. Seguimos y seguiremos estando presentes en los conflictos obreros a través de CCOO, impulsando las movilizaciones jornaleras, participando en las huelgas de la naranja, en la respuesta a la patronal de las empresas conserveras, formando parte de los piquetes, convocando las manifestaciones, tomando parte en las acciones en defensa de los derechos de los trabajadores organizadas por el Sindicato de Obreros del Campo (SOC); siendo sindicalistas consecuentes en la defensa de un modelo sindical de clase, democrático y combativo dentro de nuestro sindicato, CCOO. La única diferencia es que ahora aprovecharemos nuestra nueva posición al frente del ayuntamiento para aumentar la proyección pública de la política desarrollada por la asamblea local de IU en el pueblo, llegando a más trabajadores, a más jóvenes, a más pueblos.
De hecho, nunca hemos tenido una visión localista, comprendiendo que muchas de las batallas en las que estamos inmersos necesitan, para alcanzar la victoria, trascender las fronteras de Villaverde. Santi, nuestro alcalde, participa de forma habitual en actos de entrega de carnés, manifestaciones, huelgas o mítines electorales en numerosos pueblos de la Vega del Guadalquivir, como Brenes, la Rinconada, El Coronil, La Algaba, San José, Alcalá del Río, etc. En esta última convocatoria electoral del 20 de noviembre, el compañero Santi, número 9 en la lista al congreso por IU en la provincia de Sevilla, participó en actos con los compañeros José Luis Centella, Felipe Alcaraz y Sánchez Gordillo. En las jornadas preparatorias de la huelga general del 29-S estuvo también en la asamblea general de El Coronil con Diego Cañamero.
Estar al frente del ayuntamiento nos está permitiendo poner en práctica el modelo de democracia en la que nos reconocemos: la democracia obrera. Es importante destacar que ya hemos realizado casi una treintena de asambleas donde los vecinos han podido discutir desde los problemas concretos de su barrio hasta cómo tiene que ser el reparto del trabajo. Dichas asambleas, cuentan con la presencia y participación activa del alcalde y los concejales, garantizando que las decisiones adoptadas por los vecinos sean elevadas y aprobadas en el pleno del Ayuntamiento. De esta forma, logramos parte de nuestro objetivo, encauzando e impulsando las demandas y necesidades de las familias trabajadoras. Ahora bien, esta es sólo la primera parte de nuestra tarea. Una vez elaboradas las propuestas concretas destinadas a mejorar las condiciones de vida en el pueblo, es necesario conseguir los recursos económicos para llevarlas a cabo y exigir a empresarios e instancias superiores, como la Diputación y la Junta de Andalucía, su puesta en práctica y reconocimiento.
Si los llamados mercados ejercen presión sobre los gobiernos para lanzar una avalancha de ataques con los que mantener y aumentar su tasa de beneficio, los ayuntamientos gobernados por revolucionarios tenemos que presionar desde el otro lado de la barricada, ofreciendo un plan de lucha. En este sentido, no menos importante, es desmontar la trampa de que la deuda acumulada durante los pasados años justifica la necesidad de recortes.
Sanear la deuda municipal con impuestos a los empresarios
Nada más ponernos al frente del ayuntamiento, nos enfrentamos a la deuda de cinco millones de euros del gobierno municipal saliente. La anterior alcaldía, compartida por el PSOE y el PP, desarrolló una política orientada al sector inmobiliario basada en la especulación, cediendo cuantiosas inversiones municipales para la habilitación de suelo urbano a constructoras y bancos. Convencidos como estaban que la burbuja inmobiliaria engordaría sin fin, en nuestro pueblo, como en la mayor parte de los municipios del resto del Estado, incrementaron la deuda con la expectativa de que los ingresos fiscales, producto de la expansión urbanística, pagarían la factura. Lo más lamentable de todo es que, mientras duró esta vorágine especulativa que movió cifras astronómicas, el pueblo como tal, es decir, la mayoría de sus habitantes, no obtuvieron ningún beneficio digno de mención. Tan es así, que el problema de la vivienda para las familias trabajadoras sigue siendo uno de los más acuciantes. Muy distintas fueron las tornas para los empresarios locales y foráneos, que amasaron espectaculares ganancias.
Ahora, cuando la burbuja inmobiliaria finalmente ha estallado y la economía productiva decrece, tienen la desfachatez de exigirnos a los que poco o nada nos beneficiamos de las vacas gordas, que nos ajustemos el cinturón para garantizar que los más acomodados no pierden ni uno solo de sus privilegios. Entre todos los sacrificios exigidos a la clase obrera en aras de la reducción de la deuda, se encuentra también la reducción de las dotaciones económicas para los ayuntamientos.
En el ayuntamiento de Villaverde no vamos a aceptar las recetas que se están aplicando desde el gobierno central y autonómico, es decir, recortar las plantillas, impagos de nóminas y privatización de los servicios municipales. En primer lugar estamos explicando esta situación a los vecinos de Villaverde. Realizamos una auditoria de las cuentas municipales e hicimos públicos sus resultados. Somos firmes defensores de que las arcas municipales estén fiscalizadas por los trabajadores, para que éstos puedan poner bajo su control las finanzas del ayuntamiento, decidiendo en qué se gasta el dinero. Para facilitar esta tarea a los vecinos, hemos aprobado realizar una publicación anual comparativa de la gestión económica.
Sanear las cuentas implica reducir gastos y ampliar los ingresos y, para ambos casos, tenemos propuestas con un marcado carácter de clase. Respecto a los gastos, algo se pueden reducir, pero, nunca y bajo ningún concepto, vulnerando los derechos de los trabajadores ni a costa de los servicios públicos. Por el contrario, queremos dignificar las condiciones laborales de los trabajadores municipales y remunicipalizar los servicios privatizados. Otra cosa, bien distinta, es recortar gastos excesivos como, por ejemplo, los del equipo de gobierno, que ya no recibe sueldos astronómicos, si no el salario medio de un trabajador cualificado. Una prueba práctica de esta alternativa fue la Feria de nuestro pueblo en septiembre de este año y en especial la caseta municipal, primera que organizamos desde la nueva alcaldía. Garantizamos un ocio sano y de calidad, en el que las familias trabajadoras disfrutamos de un buen rato de esparcimiento con un gasto razonable, gracias a la participación desinteresada de reconocidos músicos y artistas que simpatizan con este proyecto de ayuntamiento3#.
Dicho esto, el instrumento clave para sanear las cuentas y poder contar con más dinero para aumentar las dotaciones sociales se compone de dos palabras: impuestos y empresarios. La situación es tal, que para aumentar de forma drástica nuestros ingresos ni siquiera es imprescindible una subida de la presión fiscal sobre estos señores. Simplemente, con hacer efectivos los numerosos impagos de empresarios consentidos por el anterior gobierno municipal, pretendemos recaudar cientos de miles de euros.
Por ello, son tan importantes las asambleas y los argumentos políticos para conseguir la participación activa de los trabajadores. Porque sólo con su implicación, con su apoyo y compromiso, será posible poner en práctica nuestras soluciones al problema de la deuda y otros tantos.
Necesitamos una organización revolucionaria para vencer
La batalla por construir una alternativa revolucionaria en Villaverde del Río necesita, para consolidarse y avanzar, del apoyo y la solidaridad activa de la clase obrera del resto de los pueblos de la Vega del Guadalquivir y más allá. Nos dirigimos con especial insistencia a los ayuntamientos gobernados por IU y, también, a aquellos en los que los compañeros tienen presencia en la oposición. Tal y como escribíamos al inicio de este artículo, las condiciones de vida en nuestro pueblo no difieren de las de la mayoría de las poblaciones obreras de Sevilla, de Andalucía y del conjunto del Estado. La izquierda revolucionaria tiene fuerza en Villaverde del Río, pero, dicha fuerza, es limitada si permanecemos aislados. Hay que organizar a los parados, a los trabajadores, a los jóvenes, a los jubilados, en el resto de las localidades en las que estamos presentes, convocando reuniones y asambleas, proponiendo un plan de lucha con reivindicaciones en torno a la defensa del empleo, la vivienda y servicios públicos de calidad. Tenemos que coordinarnos, tenemos que unirnos, tenemos que sumar la fuerza de tantos otros trabajadores dispuestos a organizarse, a participar en política, a debatir en asambleas, en definitiva, a luchar por cambiar su realidad. Cada alcalde, cada concejal, cada diputado de IU, debe liderar este proceso. La fuerza de nuestra presencia en las instituciones está fuera de ellas, no dentro, ofreciendo una alternativa de lucha a la clase obrera. Un movimiento de esta envergadura es la mejor garantía para defender nuestros derechos y conquistar mejoras.
Junto a ello, queremos acabar insistiendo en una idea, o mejor dicho, en la idea fundamental. Nada de lo hecho en Villaverde del Río, ni nada de lo que podamos llegar a hacer, hubiera sido posible si no nos levantáramos sobre las ideas, el programa y los métodos del genuino marxismo revolucionario. De ahí sale nuestra convicción y energía para luchar contra el paro, por una vivienda pública de calidad, por la defensa de los servicios públicos, para confiar en los métodos de la democracia obrera, para no desesperar cuando la batalla se prolonga, cuando los resultados esperados tardan en llegar. Es más, nuestro compromiso militante, nuestra dedicación a la defensa de cada demanda obrera, no tendría sentido si no fuera porque comprendemos que cada pequeña batalla en el día a día sirve para fortalecer la conciencia política de nuestra clase. Nuestro objetivo, nuestra aspiración no es otra, que ganar a las ideas de la transformación socialista de la sociedad a cada vez más jóvenes y trabajadores. Hoy somos miles. Si lo hacemos bien, mañana seremos decenas de miles. Juntos y organizados con las ideas del socialismo somos fuertes y venceremos.
NOTAS
1. Provisión de fondos económicos para los ayuntamientos proveniente del gobierno central en los primeros compases de la crisis económica para contener el desempleo.
2. Recomendamos, para obtener un análisis en profundidad de los resultados de las pasadas elecciones generales, la declaración de El Militante del 23 de noviembre, disponible en www.elmilitante.net.
3. En el blog de IU de Villaverde del Río hay un detallado e interesante artículo al respecto.

1.- Contra el paro lucha obrera

Los recursos que tiene asignados el ayuntamiento, tanto para el PER como para cualquier otro programa de empleo, son totalmente insuficientes. No estamos dispuestos a resignarnos con las migajas que nos llegan desde instancias superiores. Por ello, convocamos una asamblea popular en la que propusimos la organización de un comité de parados al que se sumaron más de 150 trabajadores. El objetivo de dicho comité no es otro que organizar la movilización para intentar arrancar a la Junta nuevas dotaciones.
Queremos nuevos planes de inversión, pero no como los hemos conocido hasta ahora. Rechazamos el desembolso de miles de millones de euros de dinero público, como ocurrió con el famoso Plan E, para que vayan a parar a manos de empresarios que apenas han creado puestos de trabajo. Ese dinero debe ser gestionado íntegramente por los ayuntamientos e invertido en la creación de empleo público de calidad en las diferentes ramas de los servicios sociales: dependencia, guarderías, mantenimiento de alumbrado, mejora de las vías públicas, etc.
Hemos sido sinceros con los trabajadores. No hemos prometido soluciones rápidas ni fáciles. Por el contrario, hemos hablado con claridad acerca de las dificultades de la actual situación. Hemos explicado que si bien no podemos dar garantías de victoria, el único camino que nos queda es la movilización consciente y continuada en defensa de nuestros derechos. Claro que hay dinero. Cada mes los gobiernos autonómicos y central entregan miles de millones de euros en concepto de intereses a los banqueros. Nuestra tarea es conseguir, con la organización y la lucha, que esa riqueza llegue a los parados y los más necesitados.
Junto al problema del paro en general, nos encontramos con la situación límite al que un buen número de familias del pueblo han llegado. Familias que no pueden ya pagar la factura de la luz y la hipoteca o comprar alimentos. Nuevamente, decidimos organizar una asamblea con todos los afectados y organizar una concentración ante la Diputación de Sevilla. Así, el día 7 de septiembre, casi un centenar de vecinos, acompañados por el alcalde y los concejales de Villaverde, el también alcalde y parlamentario andaluz, Juan Manuel Sánchez Gordillo y vecinos de Marinaleda, protagonizamos un encierro en el edificio de la Diputación Provincial para exigir al presidente de esta institución la puesta en marcha del Programa de Urgencia Municipal para todos los pueblos de la provincia. Esta acción contó con una gran cobertura de los medios de comunicación y el apoyo de los representantes de IU en la Diputación. A última hora del día, nos recibió el portavoz del PSOE, que insistió una vez más en la idea de la escasez presupuestaria a la vez que se comprometía a estudiar los posibles remanentes del presupuesto para dedicarlos a la ejecución del programa. Si bien el problema está lejos de haberse resuelto, y todavía nos quedan muchas batallas por pelear, todos los participantes sintieron que habían obtenido una primera conquista, fundamental para seguir adelante: haberse elevado sobre el papel de víctimas indefensas al que estaban condenados, levantado la voz en defensa de su dignidad, e iniciado el, seguramente, largo camino de organización y lucha para resolver sus problemas.

2.- Reparto del trabajo: frente al caciquismo, democracia obrera

Otro asunto de trascendental importancia, son los criterios de reparto de las peonadas del PER. De todos es conocido el dominio de las prácticas caciquiles en los pequeños pueblos, aún muy extendidas y presentes en el campo andaluz. Aquellos que controlan el reparto del empleo y los subsidios públicos disponen de un poder desmesurado sobre la vida, sobre la precaria subsistencia, de miles y miles de familias abocadas a la miseria. Nuestra arma en la batalla contra el clientelismo es sencilla a la vez que contundente: la democracia obrera.
Entre las numerosas asambleas de trabajadores que hemos celebrado para abordar el problema del paro, hubo otras dos, una de peones y otra de oficiales de primera, con 120 y 100 asistentes respectivamente. En ellas estuvo presente la forma del reparto del trabajo del anterior gobierno, en la que se sobrentendía una relación entre la orientación del voto y los trabajadores seleccionados. Así es la democracia burguesa. Por nuestra parte, explicamos que la única manera en que los trabajadores podemos asegurarnos un puesto de trabajo digno es acabando con los mecanismos que nos obligan a mendigar a los señores concejales un puesto de trabajo, y ello solo será posible gracias a la organización y la conciencia política. Nuestra propuesta es clara: establecer una lista en la que de forma rotativa tengan prioridad para ocupar las plazas aquellos que más tiempo lleven sin realizar peonadas. A su vez, el control es imprescindible, por tanto también defendemos la creación de una comisión, integrada por trabajadores y elegida por las asambleas, encargada de vigilar que el reparto del trabajo se haga de forma escrupulosa.
Somos conscientes de que poner en práctica este programa no será fácil. De hecho, responsables del Inem, organismo que controla las dotaciones económicas del PER, ya nos han informado de que el nuevo ayuntamiento no tiene derecho ha inmiscuirse en el reparto, amenazando incluso con paralizar la adjudicación si nos entrometemos en sus competencias. En cualquier caso, contábamos con estas dificultades y no pensamos abandonar. Los compañeros de Marinaleda, gracias a muchos años de lucha y resistencia, han conseguido imponer criterios democráticos y proletarios. Seremos perseverantes, esta tarea sigue estando en primer lugar en nuestro orden del día.

3.- Vivienda: la expropiación es la solución

En Villaverde, al igual que en tantas otras zonas obreras, el problema de la vivienda es una de los más apremiantes para los trabajadores, especialmente para las parejas jóvenes. A pesar de ello, la única iniciativa en materia de vivienda del anterior ayuntamiento de coalición PP-PSOE, consistió en vender a una empresa privada un solar propiedad del Ayuntamiento donde hoy se levanta una estructura de 58 pisos cuya construcción lleva años paralizada. No es de extrañar: comprometerse con los intereses de los constructores no implica sólo ceder a precio de ganga suelo público, realizar inversiones injustificables desde el punto de vista de las necesidades sociales o regalar dinero público a través de subvenciones. Es necesario también que el ayuntamiento no saque al mercado vivienda municipal digna y barata que haga caer la demanda de compra sobre los pisos pertenecientes a manos privadas.
Durante años, IU de Villaverde hemos defendido desde la oposición, que la única posibilidad de una pronta reactivación de las obras de construcción de los famosos 58 pisos era la expropiación del suelo y de la estructura ya levantada, terminando el proyecto el propio Ayuntamiento. Esto permitiría poner a disposición de los demandantes de vivienda los pisos una vez terminados. De hecho, esta propuesta incluida en nuestro programa electoral fue una de las más utilizadas durante la campaña para acusarnos de asustar a los emprendedores que, por nuestra culpa, abandonarían el pueblo llevándose consigo sus inversiones. Si algo se han llevado los empresarios de nuestro pueblo son cuantiosos beneficios gracias a la explotación de la clase obrera y la generosidad del anterior gobierno municipal.
Además, asumiendo el Ayuntamiento la terminación de la obra, podríamos crear decenas de puestos de trabajo para garantizar el desarrollo de las distintas partidas del proyecto: cerramientos, instalación eléctrica, fontanería, solería, revestimientos, aluminio, cristal, madera, etc. Sobre la base de unos salarios y condiciones laborales dignas, estamos seguros de que aumentarán la productividad y la calidad del trabajo, facilitando así unos precios y unas condiciones de pago de los pisos al alcance de jóvenes y trabajadores. Crearíamos para todo ello una comisión para el reparto del trabajo y, otra, para la adjudicación de vivienda.
Ahora, que estamos al frente del gobierno municipal, intentamos llevar a la práctica nuestra propuesta. En primer lugar queremos revertir a propiedad municipal el solar. Incluso, podemos llegar a un acuerdo sobre los 680.000 euros que la promotora pagó por él, puesto que dicha promotora, Guadasol Inmuebles y Construcciones, debe al Ayuntamiento 1.200.000 euros en concepto de licencias, de ocupación de vía pública y diversas sanciones que ha recibido desde el inicio de las obras. Entre estas últimas, una por la destrucción de la calle en todo el perímetro del bloque para hacer la cimentación.
El pasado 9 de noviembre, realizamos una asamblea con más de un centenar de familias, a través de la cual organizar la lucha por la expropiación de las viviendas. Tras la celebración de otras dos asambleas, alrededor de cincuenta familias se han inscrito como demandantes de vivienda en el municipio que, junto al ayuntamiento, están exigiendo la intervención de la Junta de Andalucía para que las califique como VPO. Paralelamente, la asamblea de demandantes de vivienda, a propuesta del ayuntamiento, está organizando la ocupación de la estructura como medida de presión y para aglutinar en torno a dicha acción la solidaridad activa de jóvenes y trabajadores del resto de la comarca de la Vega.
Fuente: El Militante-

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